En la búsqueda de terapias alternativas para ciertas enfermedades, se ha descubierto que el tejido es una actividad que ayuda a tratar la depresión, el estrés, los dolores artríticos y fortalece la autoestima.
La lana terapia está difundiéndose por todo el mundo, en Europa ya se aplica con éxito e incluso en algunos de sus países se está empleando como terapia en niños con problemas de conducta. Por su parte, en la Argentina ya se está empleando como método complementario para el tratamiento de diferentes enfermedades, tanto físicas como psíquicas, logrando una evolución favorable en los pacientes que la utilizan.
Las manualidades tienen un efecto relajante en quienes las realizan, además de que logran ejercitar la imaginación y aumentar la creatividad, pero el tejido particularmente tiene efectos muy buenos en determinadas psicopatologias. La repetición de sus movimientos produce un estado de relajación y aumenta la capacidad de concentración, lo que disminuye el estrés y la ansiedad.
La salud física también es beneficiada porque el tejido logra mitigar problemas motrices y dolores artríticos, ya que los movimientos repetitivos del tejer disminuyen la inflamación de las articulaciones de las manos que provoca esta enfermedad crónica degenerativa.
La lana terapia, es una vuelta a la tradición de nuestras abuelas, que tal vez sin saberlo, lograban a través del tejido mantenerse alegres, activas y dispuestas a dar amor y alegría.
La medicina antroposófica también la recomienda.
La Medicina Antroposófica cuyo creador es Rudolf Steiner (1861-1925) ya tenía en cuenta para el paciente, actividades que iban más allá de los medicamentos. Estas recomendaciones incluían el arte, las manualidades y terapias físicas.
Así hace sus aportes a la medicina oficial enriqueciéndola y transformándola en “el arte de curar”. Estas recomendaciones privilegian usar sólo productos naturales: maderas, arcilla, alimentos ecológicos, arte, música y el tejido con lana, actividad muy importante tanto para mujeres como para hombres.
El tejido con lana, hace que se pongan en funcionamiento mecanismos de intercambio entre los dos hemisferios del cerebro, logra desbloquear funciones existentes pero que ya no usamos por el ritmo de vida moderna y además aporta salud física y espiritual, produciendo un estado manso de alegría que libera sustancias endógenas.
Brígida Schmidt, para Hilados LHO
Médica Antroposófica y Fisiatra.